El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un memorando que ordena restricciones más estrictas a las inversiones chinas en sectores clave como la tecnología y la infraestructura crítica. La medida, anunciada por la Casa Blanca el pasado viernes, busca reforzar la seguridad nacional de Estados Unidos en un momento de creciente competencia económica y tensión comercial con China.
El memorando argumenta que China ha «explotado cada vez más el capital estadounidense» para fortalecer su aparato militar, de inteligencia y de seguridad, lo que ha llevado a la administración Trump a considerar estas inversiones como una amenaza potencial para la seguridad nacional. El objetivo de la medida es equilibrar la promoción de la inversión extranjera con la protección de los intereses estratégicos del país, particularmente frente a lo que se percibe como una creciente agresividad por parte de Beijing.
Trump instruyó al Comité de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS), un panel encargado de evaluar las implicaciones de seguridad nacional de las inversiones extranjeras, para que restrinja las inversiones chinas en sectores clave como la tecnología, la infraestructura, la atención médica y la energía. Este paso refuerza la postura del presidente de proteger a Estados Unidos de adversarios extranjeros, en especial de China.
El memorando fue emitido poco después de que Trump impusiera un nuevo arancel del 10% sobre todos los productos importados de China, en respuesta a la implicación del país asiático en el tráfico de fentanilo. Pekín ha rechazado rotundamente estas acusaciones, pero las tensiones continúan en un momento crucial de las relaciones comerciales entre ambas naciones.
A pesar de las medidas punitivas, Trump sugirió recientemente que un acuerdo comercial con China aún es posible, lo que deja abierta la posibilidad de resolver la disputa a través de negociaciones.
Este enfoque más duro hacia las inversiones chinas refleja la estrategia de Estados Unidos de contrarrestar lo que considera una amenaza a largo plazo en el ámbito de la seguridad y la economía global. Sin embargo, economistas han advertido sobre el posible «efecto boomerang» de estas políticas, que podrían afectar tanto a la economía estadounidense como a la global.