Entre agosto de 2024 y junio de 2025, América Latina enfrentó 1,8 millones de ataques de troyanos bancarios bloqueados, lo que representa un promedio de aproximadamente 5,000 incidentes diarios, según el reciente Panorama de Amenazas publicado por Kaspersky. Aunque esta cifra muestra una caída significativa del 45,5 % en comparación con el mismo periodo del año anterior —cuando se registraron 3,3 millones de ataques—, los expertos advierten que la amenaza no ha desaparecido, sino que se ha transformado en su naturaleza y estrategia.
El informe destaca que los ciberdelincuentes han modificado su enfoque, desplazando sus ataques desde las computadoras hacia los dispositivos móviles. Este cambio responde al creciente uso de smartphones para operaciones financieras, incluyendo banca en línea, pagos móviles y aplicaciones de inversión, lo que abre nuevas oportunidades para fraudes y robos de información sensible.
En el caso de Centroamérica y el Caribe, los bloqueos de ataques varían significativamente entre países. Guatemala lidera la región con más de 2,700 incidentes bloqueados, seguida de República Dominicana con 2,300, Panamá con 1,200, Costa Rica con 700 y El Salvador con 483. Este comportamiento refleja no solo la frecuencia de los ataques, sino también la capacidad de los sistemas de seguridad para detectarlos y neutralizarlos.
Para los economistas y analistas financieros, este escenario plantea implicaciones importantes. La creciente sofisticación de los troyanos bancarios y la migración hacia dispositivos móviles puede afectar la confianza de los usuarios en la banca digital, generar pérdidas económicas significativas y presionar a las instituciones financieras a invertir más en ciberseguridad. Además, la rápida adopción de servicios financieros digitales en la región requiere que los gobiernos y las empresas fortalezcan regulaciones y protocolos de protección de datos.
Kaspersky subraya que, a pesar de la reducción en la cantidad de ataques, el riesgo para la economía digital persiste. La recomendación para los usuarios y entidades financieras es mantener actualizado el software de seguridad, activar la autenticación multifactor y educar a los clientes sobre las prácticas de seguridad en línea. El cambio de paradigma en los ataques no disminuye la amenaza; simplemente redefine el campo de batalla de la ciberseguridad financiera en América Latina.


