En un entorno donde la inteligencia artificial ha dejado de ser solo una herramienta de innovación para convertirse también en arma de ciberdelincuencia, Ana Lucia Magliano, vicepresidenta ejecutiva de Servicios de Mastercard para América Latina y el Caribe, hace un llamado contundente desde Guatemala: sin confianza no puede haber digitalización.

Durante su reciente visita, Magliano subrayó que la ciberseguridad debe ser entendida como un pilar de desarrollo económico y social, no solo como una barrera técnica. “No se trata solo de proteger transacciones, sino de asegurar cada interacción”, afirmó, insistiendo en que la confianza digital es clave para el futuro.
El panorama es alarmante: el costo global del cibercrimen se estima en $14 billones para 2028, y solo en América Latina, las violaciones de datos alcanzaron un récord de $2.46 millones en promedio por incidente.
Frente a esta realidad, Mastercard propone una estrategia integral basada en tres pilares: evaluación constante de riesgos, protección mediante inteligencia artificial avanzada y la construcción de un ecosistema de colaboración entre actores públicos y privados. “Hoy podemos rastrear un ataque desde Brasil hasta Alemania, gracias a herramientas como Recorded Future y SafetyNet, que ya han evitado pérdidas por más de $50 mil millones”, explicó Magliano.
La IA, lejos de ser un riesgo exclusivo, también ha demostrado ser una aliada en esta lucha. Las tecnologías de detección de Mastercard han duplicado la tasa de identificación de tarjetas comprometidas y triplicado la velocidad para alertar sobre comercios en riesgo.
Pero la ejecutiva es clara: la seguridad digital no es tarea de un solo actor. Requiere innovación constante, cooperación global y un compromiso serio con la prevención. “Solo así podemos garantizar un entorno digital seguro y confiable para todos”, concluyó.