Al cierre de noviembre de 2024, el sistema bancario de El Salvador ha registrado un crecimiento interanual del 6.6% en los depósitos, alcanzando un total de $18,581.6 millones, lo que significa un incremento de $1,157.4 millones respecto al mismo período del año anterior. Este crecimiento refleja la confianza que los salvadoreños depositan en las instituciones financieras locales, lo que contribuye a la solidez del sistema.
Según el último informe de la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa), los depósitos a la vista -aquellos que pueden ser retirados en cualquier momento- continúan siendo los más representativos, con un total de $11,316.3 millones. Sin embargo, los depósitos a plazo, aquellos en los que los ahorrantes comprometen su dinero por un periodo determinado, han mostrado el mayor crecimiento, con un aumento de $367.5 millones (5.6%), alcanzando los $6,909.3 millones.
Este incremento en los depósitos a plazo indica que más salvadoreños están optando por dejar su dinero en los bancos a cambio de obtener mayores beneficios. Las instituciones financieras ofrecen intereses más altos en estos productos, lo que convierte a los depósitos a largo plazo en una opción atractiva para los inversionistas.

En cuanto al liderazgo en el ranking bancario, el Bancoagrícola sigue siendo el banco con mayores depósitos a plazo, con $4,615.6 millones, seguido de cerca por otros actores clave en el sector. El Banco Hipotecario, por ejemplo, ocupa la quinta posición con $1,530 millones, demostrando el dinamismo del sistema financiero, tanto público como privado.
Además de la sólida base de depósitos, el sistema bancario también ha experimentado un crecimiento en la cartera de créditos, que alcanzó los $19,460 millones al cierre de noviembre de 2024, un aumento del 6.23% con respecto al mismo periodo de 2023. Solo en noviembre, los bancos comerciales otorgaron $801.4 millones en créditos, siendo los préstamos para consumo los más solicitados, con $241 millones.
El sector industrial también ha visto una notable inyección de créditos, especialmente en la industria manufacturera, que recibió $144 millones. Los sectores de comercio y servicios también fueron beneficiados con préstamos significativos, alcanzando los $194.6 millones y $58.6 millones, respectivamente.
Estos datos reflejan no solo la confianza del público en las instituciones financieras del país, sino también el papel crucial que juegan en el fortalecimiento de la economía nacional a través de la financiación de diversos sectores productivos. La sólida liquidez del sistema bancario permite seguir apoyando la dinámica económica del país, facilitando créditos que impulsan el crecimiento en áreas clave como la manufactura, el comercio y los servicios.