En medio de una inminente votación de accionistas sobre un controvertido paquete de compensación de $50 mil millones para el CEO de Tesla, Elon Musk, el empresario multimillonario enfrenta una inesperada oposición de antiguos aliados que ahora cuestionan su compromiso con la compañía de vehículos eléctricos.
El inversor Ross Gerber, quien durante años fue uno de los mayores defensores de Musk, se ha convertido en uno de sus críticos más vocales. Gerber, CEO de la gestora patrimonial Gerber Kawasaki, con sede en Los Ángeles, ha decidido votar en contra de la propuesta de compensación. «Cuando voté a favor del paquete en 2018, me basé en la información que tenía en ese momento y en el hecho de que Elon trabajaba en Tesla a tiempo completo», declaró Gerber a Forbes. «Ahora mi renuencia a votar a favor tiene que ver con nuevos factores, el más importante es que ya no trabaja en Tesla. Trabaja para xAI y trabaja para X. Tesla no es su prioridad».
No está solo en su desilusión. Leo Koguan, un destacado accionista minorista de Tesla con sede en Singapur, también ha cambiado su postura. «Descubrí que Tesla tiene un accionista, una junta directiva unipersonal y un director ejecutivo tirano», dijo Koguan, quien también votará en contra de la restauración del paquete de acciones para Musk.
Musk ha desestimado las acusaciones de falta de enfoque en Tesla, argumentando que trabaja casi todos los días y asegurando que la compañía sigue prosperando. Sin embargo, sus múltiples compromisos con otras empresas como SpaceX, Boring Co., Neuralink, X (anteriormente Twitter) y xAI, han generado preocupaciones entre los inversores institucionales. Entre los opositores se encuentran el fondo soberano de Noruega, el Amalgamated Bank, CalPERS, la Contraloría de la Ciudad de Nueva York y Nordea Asset Management, así como las firmas de asesoría Institutional Shareholder Services y Glass Lewis.
La reunión anual de accionistas del 13 de junio no solo decidirá sobre el paquete de compensación, sino también sobre el posible traslado de Tesla de Delaware a Texas y la renovación de términos para miembros cercanos a Musk en la junta directiva, como su hermano Kimbal y James Murdoch.
Musk confía en el apoyo de los accionistas minoristas, afirmando que el 90% de los que han votado hasta ahora respaldan la resolución. No obstante, Gerber advierte que, excluyendo las acciones de Musk, todo depende de los accionistas institucionales, quienes han sido aconsejados a votar en contra. «En este momento estoy viendo el resultado como si se lanzara una moneda al aire», dijo Gerber.
La percepción pública de Musk ha cambiado significativamente, de ser un visionario a ser considerado por muchos como errático y polémico, lo que podría afectar negativamente a Tesla en un mercado de vehículos eléctricos cada vez más competitivo. Comentarios incendiarios en redes sociales y productos fallidos, como el Cybertruck, han dañado la marca Tesla.
Los resultados recientes de Tesla también han sido preocupantes. La compañía reportó una caída del 55% en ingresos netos en el primer trimestre y una disminución en ventas que superó las expectativas negativas. Además, decisiones abruptas, como el despido y posterior recontratación del equipo Supercharger, han generado incertidumbre.
En resumen, la votación del 13 de junio podría marcar un punto de inflexión para Tesla y Musk, reflejando la creciente preocupación de los accionistas sobre el futuro de la compañía y el liderazgo de su CEO.