El Salvador muestra una adopción acelerada de herramientas de inteligencia artificial en el ámbito empresarial, acompañada de un nivel de confianza moderado entre profesionales y técnicos. Así lo señala el estudio “Percepciones sobre el uso de la inteligencia artificial en las empresas”, elaborado por CCK Centroamérica y Datalex Latam, que combina análisis reputacional, legal y de políticas públicas.
El informe revela que la familiaridad con la IA es casi total: 96.6% de los encuestados afirma conocer estas herramientas y más del 60% las utiliza con frecuencia, con plataformas como ChatGPT, Gemini y Canva AI entre las más empleadas. Sin embargo, la percepción sobre el uso corporativo es más cautelosa. Solo el 39% considera que las empresas actúan con responsabilidad en la materia, mientras que un 23% no tiene claridad sobre si su implementación es ética y transparente.

Las emociones predominantes reflejan apertura acompañada de cautela. La curiosidad, la admiración y el entusiasmo lideran las percepciones positivas, pero la desconfianza y el miedo mantienen presencia significativa. En términos reputacionales, casi la mitad de los salvadoreños considera que la IA mejora la imagen de las compañías, aunque persisten temores sobre riesgos como la pérdida de empleos, la injusticia algorítmica o el uso excesivo de datos personales.
El estudio también destaca que la población se siente más cómoda con la IA aplicada a funciones creativas y de apoyo, como la elaboración de anuncios o el análisis de comentarios de clientes. En contraste, existe mayor rechazo hacia su uso en procesos sensibles, como la evaluación de currículums.
Expertos coinciden en que la confianza dependerá de la capacidad de las organizaciones para demostrar prácticas responsables. Para CCK, la transparencia será clave para transformar la innovación tecnológica en valor reputacional. Datalex Latam advierte que la creación de marcos internos de gobernanza permitirá equilibrar la innovación con mecanismos de control y rendición de cuentas.
El estudio subraya que la IA puede fortalecer la reputación empresarial cuando se gestiona con ética y propósito, pero también puede deteriorarla si se percibe como una práctica deshumanizada o enfocada exclusivamente en la reducción de costos.


