La Unión Europea ha decidido retrasar la implementación de los aranceles de represalia contra productos estadounidenses, incluidos el whisky, tras la imposición por parte de Estados Unidos de un arancel del 25% a las importaciones de acero y aluminio este mes. La medida, que inicialmente debía entrar en vigor el 31 de marzo, ahora se aplicará a mediados de abril, dando espacio a posibles negociaciones entre ambas partes.
El paquete de contramedidas incluye un incremento de aranceles sobre diversos productos importados de Estados Unidos, siendo el whisky uno de los productos más afectados. La primera fase de estas contramedidas aplicará un arancel del 50% sobre lanchas motoras y motocicletas estadounidenses. A partir del 13 de abril, la segunda fase incluirá aranceles a una variedad de productos, entre los que destacan la cerveza, las aves de corral, la carne de res y productos agrícolas como la soja, los tomates y las frambuesas.

El retraso de la medida refleja el interés de la Unión Europea por abrir un espacio para la negociación, antes de implementar las sanciones de manera definitiva. Esta decisión se produce en un contexto de tensiones comerciales entre las dos potencias económicas, con un creciente enfoque en el acero, el aluminio y otros productos clave.
El whisky estadounidense, en particular, ha sido uno de los símbolos de la disputa comercial, y su inclusión en las contramedidas resalta la importancia de este sector para la economía de Estados Unidos. Sin embargo, el retraso en la implementación de los aranceles ofrece una ventana de tiempo para resolver las diferencias comerciales de manera más diplomática.
Con el trasfondo de un mercado global cada vez más interdependiente, los aranceles continúan siendo una herramienta clave en la política comercial internacional, aunque su impacto puede ser profundo tanto para las empresas como para los consumidores de ambos lados del Atlántico.