En los últimos meses, Costa Rica ha visto un alarmante aumento en los casos de secuestro virtual, una modalidad delictiva que se está convirtiendo en una preocupación creciente para las autoridades y ciudadanos. Hasta abril de 2024, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) ha registrado ocho denuncias de secuestros extorsivos, distribuidos en San José (cuatro casos), Alajuela (dos), Heredia (uno) y Guanacaste (uno).
El secuestro virtual es una forma de extorsión en la que los delincuentes engañan a sus víctimas haciéndoles creer que un ser querido ha sido secuestrado con el objetivo de obtener un rescate económico. Los criminales contactan a las víctimas por teléfono, simulando un secuestro y utilizando información personal obtenida previamente para darle veracidad a la amenaza. El objetivo es presionar a la víctima para que pague rápidamente, sin tener la oportunidad de verificar la autenticidad de la situación.
En esta modalidad de crimen, a diferencia del secuestro real, las víctimas nunca tienen contacto físico con los responsables, quienes se comunican exclusivamente a través de medios electrónicos. “La persona supuestamente secuestrada está en perfecto estado y no tiene conocimiento de lo que está ocurriendo”, explica José Pablo Miranda, profesor de Derecho en la Universidad Fidélitas. “Los delincuentes diseñan un ardid meticulosamente planeado para convencer a la víctima de que su ser querido está en peligro, utilizando amenazas y referencias a cárteles de droga internacionales para incrementar el miedo”.
Miranda añade que los delincuentes frecuentemente usan acentos extranjeros y mencionan grupos criminales conocidos para aprovechar los prejuicios y temores asociados a estos grupos. Este tipo de manipulación psicológica intensifica el temor de las víctimas y las presiona a actuar sin pensar.
Las autoridades instan a la ciudadanía a estar alerta y a no tomar decisiones precipitadas si reciben una llamada de este tipo. Se recomienda verificar la información con otros familiares o amigos y contactar a la policía en caso de recibir una amenaza sospechosa.
El OIJ y las instituciones de seguridad están trabajando para sensibilizar a la población sobre esta modalidad delictiva y mejorar las estrategias de prevención y respuesta ante estos casos.