Octubre es uno de los meses del año que se viste de aroma y sabor con la celebración del Día Internacional del Café, una fecha que conmemora el 1 de octubre la pasión mundial por una de las bebidas más consumidas en el planeta.
Cada día, se estima que más de tres millones de tazas de café son consumidas en todo el mundo, lo que la convierte en la segunda bebida más popular, superada solo por el agua. En el ámbito global, Brasil lidera la producción con un 30,16% del mercado, mientras que los países nórdicos encabezan el consumo per cápita. Sin embargo, naciones como Colombia y El Salvador son reconocidas por la calidad de sus cultivos, exportados a distintas partes del mundo.
En este contexto, surgen diversas iniciativas que no solo destacan el café como producto, sino también el impacto social y económico que este genera. Una de ellas es el programa “Jóvenes Caficultores”, impulsado por NESCAFÉ como parte de su compromiso con el sector cafetalero. Este programa busca no solo mejorar la calidad de vida de los jóvenes involucrados en la caficultura, sino también profesionalizar e innovar en el sector mediante orientación, capacitación y la creación de oportunidades de agroemprendimiento.
En una entrevista exclusiva para Comercio y Negocios, conversamos con Kim Waigel, Director Regional de Comunicaciones y Asuntos Corporativos de Nestlé Centroamérica, conocido por ser «el Padre del Plan NESCAFÉ». Waigel ha sido un promotor clave del programa en la región, específicamente en países como Honduras y El Salvador, donde «Jóvenes Caficultores» ha tenido un impacto significativo desde su lanzamiento.

El surgimiento del programa Jóvenes Caficultores
El programa “Jóvenes Caficultores” forma parte del Plan NESCAFÉ, lanzado en 2011 y extendido en 2013 a países de Centroamérica como El Salvador, Honduras, Nicaragua y Guatemala. Esta iniciativa tiene como objetivo principal fortalecer la caficultura en la región y, según Waigel, surgió en respuesta a desafíos críticos, como la epidemia de la roya que afectó gravemente los cultivos.
«El Plan NESCAFÉ ha sido clave para resolver problemas estructurales en el sector cafetalero. Necesitábamos actuar, porque dependemos de la calidad del café centroamericano», comentó Waigel.
Uno de los aspectos más destacados del programa ha sido la entrega de más de 10 millones de plantas resistentes a la roya en la región, lo que ha permitido mitigar los daños y asegurar la continuidad de las cosechas. Sin embargo, la iniciativa no se queda ahí. Según Waigel, una de las mayores preocupaciones era evitar la migración de jóvenes hacia el norte debido a la falta de oportunidades laborales en sus países de origen. «La idea era brindarles una vida digna a través de la caficultura», señaló.
Capacitación y formación para el futuro
«Jóvenes Caficultores» ha impactado a más de 41,000 jóvenes en 20 países, de los cuales más de 1,800 son salvadoreños que han recibido formación en áreas como nutrición e higiene, barismo, catación, caficultura sostenible y derechos humanos. En 2019, el programa tomó un giro importante con la apertura de aulas de capacitación en Honduras, aunque pronto se enfrentó al reto de la pandemia del COVID-19.
«La pandemia fue un gran desafío para nosotros, pero también una oportunidad», explicó Waigel. La transición hacia capacitaciones en línea fue una de las respuestas más innovadoras del programa, permitiendo a los jóvenes continuar su formación sin interrupciones. Los módulos en línea incluyen temas como manejo de cultivos, técnicas de sostenibilidad y mejora de la productividad. Hasta la fecha, más de 50,000 jóvenes han sido certificados en distintas competencias, lo que ha abierto las puertas a nuevos mercados y oportunidades.
Uno de los aspectos más emocionantes del programa, según Waigel, fue el hecho de que muchos jóvenes en El Salvador no habían probado su propio café antes de participar en el programa. «Eso fue un momento revelador para ellos. Cuando lo hicieron, se dieron cuenta de la calidad de su producto y de su potencial en el mercado», comentó. Este tipo de experiencias ha sido clave para motivar a los jóvenes a seguir mejorando y expandiendo sus negocios.

Sostenibilidad y empoderamiento
La sostenibilidad es uno de los pilares del Plan NESCAFÉ. Waigel destacó que, además de la capacitación técnica, el programa pone un fuerte énfasis en la sostenibilidad ambiental. «El objetivo es que los jóvenes caficultores no solo produzcan café de calidad, sino que lo hagan de manera responsable con el medio ambiente», explicó.
En términos de equidad de género, Waigel resaltó que una parte importante del programa es el empoderamiento de las mujeres en el sector agro. En su reciente participación en el conversatorio «La inclusión tiene diferentes rostros», durante la Semana de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) organizada por FUNDEMAS, Waigel subrayó el papel clave de las mujeres en la caficultura. «Estamos trabajando para garantizar que las mujeres tengan las mismas oportunidades de participar y crecer en este sector. Los cursos para mujeres han tenido una demanda increíble, y los resultados han sido muy positivos», afirmó.
Desafíos y oportunidades
Uno de los retos más grandes que enfrenta la caficultura en la región, según Waigel, es el tema de la seguridad. Sin embargo, destacó los avances en El Salvador en este ámbito, lo que ha permitido que los cultivos se incrementen y se reactive el sector. «El ambiente seguro es clave para que los jóvenes y los productores puedan trabajar sin temor», afirmó. Además, señaló que el desarrollo de las ciudades también juega un papel importante en la expansión de la caficultura, pues abre nuevas áreas para el cultivo y aumenta la demanda en los mercados locales e internacionales.

Mirando hacia el futuro
El próximo objetivo del programa «Jóvenes Caficultores» es expandir su alcance. Waigel expresó su deseo de comunicar más sobre esta iniciativa para que cada vez más jóvenes puedan beneficiarse de las herramientas y oportunidades que ofrece. «Queremos que más jóvenes conozcan este programa y vean que pueden tener un futuro próspero dentro de la caficultura. La clave es la formación y la innovación», destacó.
A través de iniciativas como «Jóvenes Caficultores», NESCAFÉ no solo está ayudando a asegurar el futuro de la caficultura en Centroamérica, sino también a transformar la vida de miles de jóvenes que encuentran en el café no solo un sustento, sino una pasión y una oportunidad para crecer.