Jeffrey Lurie, propietario de los Philadelphia Eagles, se encuentra en la cúspide de su éxito deportivo, al haber dirigido a su equipo a conquistar el Super Bowl LIX el domingo por la noche. Con una victoria contundente de 40-22 sobre los Kansas City Chiefs, los Eagles lograron su segundo título de Super Bowl bajo la administración de Lurie, quien se mostró visiblemente emocionado al levantar el Trofeo Lombardi.
«Esta es una familia de los Eagles muy, muy especial», dijo el dueño de 73 años ante una multitud fervorosa en el Superdome de Nueva Orleans. «Jugadores increíbles y talentosos que resultan ser desinteresados y humildes todos los días del año. Un mérito para el cuerpo técnico liderado por Nick Sirianni y Howie Roseman, y para todos los que forman parte del personal de apoyo que hace esto posible.»

Para Filadelfia, esta victoria significa la culminación de un viaje redentor. Después de perder el Super Bowl LVII ante los mismos Chiefs en una amarga derrota, los Eagles demostraron su fortaleza y dominio en esta revancha, destacándose con una sobresaliente actuación defensiva y una impresionante performance de su mariscal de campo, Jalen Hurts.
El éxito de Lurie no solo ha sido deportivo, sino también financiero. Su fortuna se estima en 5,300 millones de dólares, y los Philadelphia Eagles ahora valen 6,600 millones de dólares, según Forbes, lo que los coloca entre las franquicias más valiosas de la NFL. Desde que adquirió el equipo en 1994 por 185 millones de dólares, la valoración de los Eagles ha aumentado un asombroso 3,500%. Este aumento de valor podría ser aún mayor, especialmente tras la venta de una participación minoritaria en diciembre, que valoró la franquicia en 8,300 millones de dólares.
Sin embargo, la adquisición de los Eagles no fue una apuesta fácil. Lurie, proveniente de una familia con una considerable fortuna gracias a General Cinema Corporation, hipotecó su patrimonio familiar para comprar el equipo, lo que en su momento representaba un desafío financiero significativo. A través de un préstamo de nueve cifras del Bank of Boston y el respaldo de su madre, Nancy, Lurie aseguró la compra de los Eagles en una operación histórica.
A lo largo de los años, Lurie ha invertido sabiamente en el crecimiento de la franquicia. En menos de diez años, los Eagles adquirieron un moderno centro de entrenamiento y un estadio nuevo, el Lincoln Financial Field, que fue financiado en parte por fondos públicos. Esta inversión en infraestructura y en la mejora del estadio fue clave para transformar a los Eagles en una máquina generadora de ingresos.
Hoy, Lurie se ha ganado el respeto no solo de sus fanáticos, sino también de sus pares en la NFL, como el dueño de los Kansas City Chiefs, Clark Hunt, quien recientemente destacó la inteligencia y originalidad de Lurie al tomar decisiones clave dentro de la liga.
Con su visión de negocio y un enfoque en el bienestar de la franquicia, Lurie ha transformado a los Eagles en una de las instituciones más valiosas y exitosas en el deporte. Ahora, después de 29 años de trabajo arduo, Lurie ve los frutos de su inversión, mientras Filadelfia celebra nuevamente como campeones del mundo.