Este viernes, los precios del oro alcanzaron un nuevo récord, superando los 2,700 dólares por onza, impulsados por la creciente incertidumbre geopolítica. El metal precioso llegó a su punto más alto, cotizando a 2,704,89 dólares en el comercio matinal de Asia, marcando un nuevo hito, por encima del récord anterior de 2,688,83 dólares registrado el jueves.
El aumento en el valor del oro responde en gran medida a la intensificación de las tensiones en Oriente Medio, particularmente tras la muerte del jefe de Hamás a manos de las fuerzas israelíes. Este hecho ha agudizado los temores de un conflicto regional más amplio que podría involucrar a Irán, sumándose a la guerra en Gaza y los enfrentamientos con Hezbolá en el sur de Líbano.
La preocupación por una posible escalada en el conflicto ha elevado la demanda de activos considerados «refugios seguros», como el oro. Este metal precioso es históricamente visto como una inversión segura durante períodos de incertidumbre política y económica, lo que ha motivado a muchos operadores a volcarse hacia él.
Además, la crisis prolongada en Ucrania también ha sido un factor clave en el aumento de los precios del oro. Los conflictos bélicos en ambas regiones han generado una búsqueda intensificada de seguridad financiera por parte de los inversores, quienes han visto en el oro una vía para proteger su capital frente a riesgos geopolíticos globales.
El incremento de los precios del oro refleja una reacción inmediata de los mercados ante el aumento de la tensión internacional y subraya la creciente volatilidad de los mercados financieros en tiempos de crisis. Los analistas anticipan que, si las tensiones continúan, el oro podría seguir su tendencia alcista, consolidando su posición como un refugio seguro en tiempos de incertidumbre global.