Hace seis años, Mario Danek comenzó a trabajar en un dispositivo que revolucionaría la forma de dejar el tabaco. En una casa en Santa Mónica, California, adquirió todo lo necesario: nebulizadores, baterías, líquido de nicotina de grado farmacéutico y varios componentes. Así, armó su primer prototipo, un modelo rudimentario que bautizó como RespiRx. Aunque su apariencia era algo «Frankenstein», el aparato lograba su objetivo: suministrar nicotina sin combustión ni calor, dos elementos que producen subproductos dañinos.
Con este prototipo en mano, Danek captó el interés de Evolution Venture Capital y Poseidon, que aportaron 500,000 dólares. Así nació Qnovia, empresa que hoy cuenta con sede en Virginia y ha recaudado cerca de 35 millones de dólares de inversionistas como Blue Ledge Capital y DG Ventures. Con una valuación estimada de 350 millones de dólares, la compañía se perfila como un contendiente en el mercado de reemplazo de nicotina, un sector que mueve anualmente 3,000 millones de dólares a nivel mundial.
RespiRx no utiliza combustión, ni calor, a diferencia de los cigarrillos o vaporizadores tradicionales, sino que emplea un nebulizador de malla vibratoria. Este dispositivo convierte el líquido de nicotina en un aerosol, sin generar subproductos cancerígenos, un punto clave en su diseño.
La empresa espera la aprobación de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para comercializar el producto. En octubre, la FDA autorizó el uso de RespiRx como un «fármaco en fase de investigación», lo que permite a Qnovia iniciar ensayos clínicos en humanos antes de fin de año. Si obtiene la autorización, se convertirá en el primer tratamiento de prescripción aprobado para dejar de fumar en casi dos décadas.
El CEO de Qnovia, Brian Quigley, enfatiza que, con 28 millones de fumadores en EE.UU. y el tabaquismo como principal causa de muerte evitable en el país, se necesita un avance en las opciones para dejar de fumar. “Es impactante que en 2024 no se haya resuelto este problema”, declara Quigley.
El RespiRx sigue un programa de reducción gradual de la dosis diaria de nicotina durante 12 semanas, hasta que el fumador logre abstenerse por completo. Este proceso representa una innovación frente a otros productos de terapia de reemplazo de nicotina (TRN), donde, según Judith Prochaska, profesora de medicina en la Universidad de Stanford, la FDA es mucho más exigente que en la aprobación de nuevos productos de tabaco.
En un contexto donde la FDA ha autorizado 45 productos de tabaco en la última década, pero no un solo nuevo medicamento para dejar de fumar desde 2006, Qnovia enfrenta una dura batalla. La profesora Prochaska lamenta esta realidad: “Es más fácil obtener aprobación para un nuevo producto de nicotina que para una terapia de reemplazo”.
Con una visión clara y una tecnología innovadora, Qnovia aspira a llenar este vacío en el mercado y, de lograrlo, ofrecerá a los fumadores una alternativa moderna y menos dañina para abandonar el hábito tabáquico.