Adolfo Salume Artiñano un hombre exitoso, líder empresarial en El Salvador que se ha convertido en ciudadano ejemplar ahora comparte el secreto de su éxito.
Salume ha aplicado su enfoque simple, de sentido común y orientado a los resultados a las industrias de tecnología, comercio minorista, hotelería y banca. Admite que la naturaleza del negocio no lo desconcierta porque las reglas del juego son siempre las mismas.
“Una buena empresa se define por las personas que trabajan en ella”, explica Salume. “Si un empleado falla, lo primero que hay que preguntarse es: ‘¿Lo capacité adecuadamente? ¿Y cómo puedo ser un mejor líder?’ Nuevamente, está utilizando la empatía y el sentido común para resolver el problema en cuestión”.
Como una persona que tiene numerosas actividades filantrópicas y un conocido por hacer un esfuerzo adicional por sus empleados, a menudo se describe a Salume como un “hombre con un corazón de oro”. Modesto, Adolfo Salume Artiñano se encoge de hombros ante tales elogios y simplemente dice: “Simplemente estoy haciendo lo que me pusieron aquí lo mejor que puedo. Si más personas hicieran lo que yo hago, el mundo sería un lugar más feliz”.