La empresa Hyperloop One, que pretendía revolucionar el sistema de transportes veloces, vende sus activos y despide empleados. También cierra oficinas.
Según ha informado Bloomberg inicialmente, el cierre definitivo será a finales de este mismo año.
Las dificultades financieras y la falta de inversión han llevado a su inevitable cierre, según reportan varios medios especializados.
Este cierre marca el fin de una era para Hyperloop, y también plantea interrogantes sobre el futuro de otras empresas que están trabajando en sistemas similares. A pesar de las promesas y el entusiasmo inicial, la realidad financiera ha demostrado ser un desafío demasiado grande.
En las mismas fechas, hace una década, cuando Hyperloop One –cuyo nombre también ha sido Virgin Hyperloop–, recaudaba aproximadamente unos US$450 millones de fondos de capital de riesgo.
Uno de los últimos empujones lo dio Richard Branson, fundador de la startup aeroespacial Virgin, quien inyectó hasta US$50 millones para que el Hyperloop no fuera solo un sueño.
Según los datos de la única prueba que se ha realizado con pasajeros, en 2020, la velocidad solo llegó a 160 kilómetros por hora, mucho más por debajo de lo que se había planteado inicialmente.
Sin embargo, existen otras compañías que también están intentando sacar adelante el Hyperloop, como Zeleros –una startup de la Universidad Politécnica de Valencia–, con una hoja de ruta que finaliza en 2030.
La idea de Hyperloop se originó en 2013, cuando Elon Musk, fundador de Tesla y SpaceX, presentó lo que él llamó su «alpha paper». En este documento, Musk teorizó sobre cómo las cápsulas aerodinámicas de aluminio podrían ser propulsadas a velocidades de hasta 1200 kilómetros por hora a través de tubos casi sin aire.