Las acciones japonesas enfrentaron su mayor caída diaria histórica, impulsada por temores sobre una desaceleración económica en Estados Unidos que provocaron ondas de choque en los mercados globales.
El índice Nikkei 225 de Tokio perdió una sorprendente cantidad de 4,451 puntos, marcando una baja del 12% y llevando sus pérdidas desde principios de julio al 25%, lo que lo coloca en territorio de mercado bajista. Este colapso ha sido comparado con el «Lunes Negro» de octubre de 1987, cuando el Nikkei experimentó una caída significativa.
Los temores sobre una posible desaceleración en la economía estadounidense han elevado las expectativas de recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal. Esto ocurre en un momento en que el Banco de Japón (BOJ) está aumentando sus tasas para controlar la inflación, lo que fortalece el yen frente al dólar estadounidense y hace que las acciones japonesas, especialmente las exportadoras, se vuelvan menos atractivas.
Las acciones tecnológicas también se vieron afectadas por resultados mixtos y un creciente escepticismo sobre las expectativas en torno a la inteligencia artificial. Stephen Innes, socio gerente de SPI Asset Management, describió el evento como un “efecto contagio” de un ataque bajista agresivo, exacerbado por temores sobre un aterrizaje brusco en EE. UU. y un colapso severo en los mercados de Tokio.

La volatilidad también se extendió a otros mercados, con operaciones suspendidas brevemente en Japón y Corea del Sur debido a la activación de disyuntores diseñados para evitar ventas de pánico. Los futuros de acciones estadounidenses cayeron drásticamente durante la noche, con el Nasdaq cayendo un 4%, y los futuros del Dow y del S&P 500 descendiendo un 1.5% y un 2.3%, respectivamente.
En Europa, el índice Stoxx Europe 600 bajó un 2.5% en las operaciones matinales, acumulando una caída del 6% en los últimos cinco días. En Asia, el Taiex de Taiwán cerró con una baja del 8.4%, el Kospi de Corea del Sur bajó un 8.8%, y el S&P/ASX 200 de Australia perdió un 3.7%. El índice Hang Seng de Hong Kong y el Shanghai Composite de China cayeron un 2.3% y un 1.3%, respectivamente.
La agitación en el mercado japonés comenzó la semana pasada tras el anuncio del BOJ sobre un aumento en las tasas de interés y una reducción en la compra de bonos. Esta rápida apreciación del yen ha llevado a muchos inversores a deshacer sus estrategias de carry trade en yenes, exacerbando la volatilidad en los mercados.
El yen se fortaleció aún más el lunes, subiendo un 2.2% a 143.3 por dólar estadounidense. Stephen Innes atribuyó la fuerte caída del mercado a una “avalancha total” impulsada por el giro agresivo del BOJ, la desaceleración de la economía china y las débiles ganancias tecnológicas de EE. UU.
La situación se complicó con la reciente debilidad en la actividad fabril en China y resultados decepcionantes en el sector tecnológico estadounidense, como los informes de Amazon e Intel. Además, el índice Fear and Greed de CNN, que mide el sentimiento del mercado, ha caído a una lectura de “miedo” de 27.
La caída global también afectó a los precios del petróleo, que se establecieron en sus niveles más bajos desde enero, con los futuros del crudo Brent y WTI cayendo más del 3%. Las criptomonedas también sufrieron, con Bitcoin cayendo más del 12% a poco menos de $53,000.
Este entorno de incertidumbre económica global subraya la creciente preocupación de los inversores y la necesidad de monitorear de cerca los desarrollos económicos en los próximos días.

 
         
           
                           
                           
                           
                           
                           
                           
                           
                           
                           
                           
                           
                           
                           
                           
                          
