Después de arduas negociaciones, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y los republicanos han logrado un acuerdo para elevar el techo de la deuda del país, evitando así una situación de incumplimiento de pagos de consecuencias catastróficas. Aunque el texto aún debe ser aprobado por las dos cámaras del Congreso, se han revelado los puntos clave del acuerdo.
El acuerdo permite a ambas partes reclamar una especie de victoria, ya que Biden lo considera un «compromiso» y el presidente republicano de la Cámara, Kevin McCarthy, lo describe como «digno del pueblo estadounidense». El texto de 99 páginas ha sido divulgado, pero aún está sujeto a un intenso escrutinio y debate en ambas filas.
El proyecto, formalmente conocido como la Ley de Responsabilidad Fiscal de 2023, propone eliminar el techo de deuda de 31,4 billones durante dos años, lo que significa que Biden no tendrá que negociarlo nuevamente antes de las elecciones presidenciales de 2024. Además, el acuerdo impone restricciones limitadas al gasto federal, satisfaciendo así a algunos republicanos, aunque no incluye los grandes recortes que buscaban los conservadores ni los demócratas más progresistas.
En cuanto al gasto, el acuerdo mantiene el gasto no militar aproximadamente estable para el año fiscal 2024 y limita el aumento al 1% para 2025. Sin embargo, se mantienen los planes de la administración Biden de aumentar el gasto destinado a militares activos y retirados, en línea con la inflación.
El acuerdo también reduce los fondos asignados para la ampliación del Servicio de Impuestos Internos (IRS). Anteriormente, se aprobaron 80.000 millones de dólares para impulsar la aplicación y supervisión de impuestos, pero el acuerdo del techo de deuda recortaría 10.000 millones destinados a otras áreas.
Además, se recuperarán recursos asignados para la pandemia de COVID-19 que no fueron utilizados. Aunque no se dieron detalles específicos, la oficina de McCarthy señaló que el acuerdo rescindiría «miles de millones de fondos para COVID que no se gastaron». Por otro lado, no se realizarán cambios en el programa de seguro médico Medicaid para los estadounidenses más desfavorecidos.
El acuerdo también establece requisitos de trabajo para las personas que reciben ayudas alimentarias federales o prestaciones familiares, lo cual es una victoria para el lado republicano. Se espera que la edad en la que los adultos sin hijos deben trabajar para recibir cupones de alimentación aumente de 49 a 54 años. Sin embargo, como una concesión a los demócratas, se flexibilizarán los requisitos para los jubilados y las personas sin hogar.
Aunque este acuerdo representa un avance para evitar un incumplimiento de pagos, su aprobación final en el Congreso sigue siendo incierta debido a las diferencias de opinión entre los legisladores.