El Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que el reciente arancel del 10 % impuesto por Estados Unidos a las exportaciones salvadoreñas tendrá un efecto directo moderado en la economía nacional. No obstante, el organismo internacional advierte que ciertos sectores, especialmente la industria textil y la agricultura, podrían enfrentar mayores dificultades debido a su alta dependencia de insumos intermedios importados desde EE.UU.
El 2 de abril de 2025, la administración estadounidense anunció una serie de medidas arancelarias dirigidas a 90 países, entre ellos El Salvador, como parte de una estrategia para proteger su mercado interno. Aunque se otorgaron prórrogas a países con tasas superiores al 10 %, El Salvador comenzó a pagar la tarifa el 9 de abril, dado que su arancel fue fijado en un 10 %.
Según el FMI, aunque los efectos inmediatos del arancel se esperan leves, la economía salvadoreña continúa vulnerable ante las tensiones comerciales globales, en particular las derivadas de la guerra comercial entre grandes potencias. La incertidumbre sobre futuras políticas arancelarias podría afectar los flujos comerciales, tanto directa como indirectamente, en sectores con fuerte integración a las cadenas globales de valor.

El organismo presentó varios escenarios posibles: uno en que EE.UU. incrementa aún más los aranceles para países como China, Canadá y México, y otro en que esos socios responden con represalias. Bajo estas circunstancias, un arancel uniforme del 10 % implicaría un impacto pequeño para El Salvador. Sin embargo, la aplicación desigual de tarifas podría, en teoría, hacer más competitiva la oferta salvadoreña frente a la de otros países. No obstante, los exportadores nacionales ya experimentaron que sus productos se encarecieron en el mercado estadounidense debido a los aranceles.
El FMI señala que un acuerdo bilateral para reducir tarifas podría mitigar los efectos negativos, aunque hasta ahora las negociaciones entre ambos gobiernos no han logrado un avance definitivo. La Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI) mantiene expectativas de un resultado favorable en las próximas rondas de diálogo, calificando el proceso como positivo.
Estados Unidos sigue siendo el principal socio comercial de El Salvador desde hace décadas, concentrando el 30.6 % de las exportaciones nacionales. En el primer semestre de 2025, las ventas salvadoreñas al mercado estadounidense superaron los 1,045 millones de dólares, mientras que las importaciones desde EE.UU. alcanzaron los 2,234 millones, generando un déficit comercial considerable que representa alrededor del 20 % del PIB salvadoreño, según estimaciones del FMI. Este desequilibrio ha sido compensado principalmente por las remesas que ingresan al país.
En este contexto, la industria textil y la agricultura, por su dependencia de insumos importados, son los sectores más expuestos al impacto de los aranceles. Además, la persistente volatilidad en la política comercial internacional incrementa los riesgos para otros sectores vinculados al comercio exterior.
Aunque el efecto inicial de las nuevas tarifas es limitado, el FMI recomienda a El Salvador mantener un monitoreo constante de las dinámicas comerciales globales y fortalecer mecanismos para mitigar posibles impactos futuros, especialmente en su relación con su principal socio comercial, Estados Unidos.