La economía salvadoreña cerraría 2025 con un desempeño más dinámico de lo previsto inicialmente. Así lo refleja el Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe 2025, presentado este martes por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en el que el organismo revisó al alza su estimación de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de El Salvador hasta 3.5%, una mejora de siete décimas respecto a la proyección de 2.8% divulgada en octubre.
El secretario ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, explicó que esta revisión positiva responde a una combinación de factores estructurales y coyunturales. Entre ellos, destacó el impulso generado por proyectos de inversión de alto valor, favorecidos por regímenes especiales diseñados para atraer capital, así como una mayor inversión nacional alentada por el entorno de seguridad pública, que ha fortalecido la confianza empresarial.
A este escenario se suma el fortalecimiento de la demanda interna. La CEPAL subraya que el incremento del salario mínimo en 12%, vigente desde junio, ha tenido un efecto directo en el consumo de los hogares. Además, el dinamismo del turismo, particularmente el turismo de playa, y el sostenido flujo de remesas familiares han contribuido a sostener la actividad económica.
De acuerdo con cifras oficiales, el país podría alcanzar este año la llegada de hasta 4 millones de turistas, con una generación estimada de $3,500 millones en divisas. En paralelo, las remesas han mostrado un crecimiento superior al 18% hasta octubre, consolidándose como uno de los principales motores del consumo interno.
Las nuevas estimaciones de la CEPAL se alinean con proyecciones recientes del Banco Central de Reserva (BCR), que a mediados de noviembre anticipó un crecimiento del PIB entre 3.5% y 4%. En el contexto regional, el organismo internacional prevé que Centroamérica crecerá en promedio 2.6% en 2025, con Costa Rica liderando con 4.0%, seguida de Guatemala (3.9%), Honduras y Panamá (3.8%), mientras que El Salvador y Nicaragua se ubican en 3.5%.
Sobre la evolución de las remesas, Salazar-Xirinachs señaló que en el corto plazo continuarán al alza, aunque advirtió que en el mediano plazo su comportamiento dependerá de la política migratoria de Estados Unidos y de la evolución de su mercado laboral. Actualmente, cerca del 80% de estos recursos se destina al consumo de las familias, cubriendo necesidades básicas y estimulando la economía local.
De cara a 2026, la CEPAL proyecta una expansión del PIB centroamericano del 3.0%. No obstante, el organismo advierte que, pese a mejores perspectivas, la región mantiene una alta vulnerabilidad frente a choques externos, debido a su dependencia de la economía estadounidense y a los riesgos asociados al cambio climático, factores que seguirán condicionando su desempeño económico en el mediano plazo.


