El Salvador comenzó este 2 de septiembre a aplicar la Ley de Fomento a la Inteligencia Artificial y Tecnologías, aprobada en febrero pasado, consolidándose como uno de los pioneros a nivel mundial en contar con un marco legal específico para la IA. Con esta medida, el país busca atraer desarrolladores, emprendedores e inversionistas mediante un enfoque orientado a la innovación, que lo distingue de regulaciones más restrictivas presentes en otras regiones.
La Agencia Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA) será el único punto de contacto para todos los trámites relacionados con la ley, funcionando bajo un modelo de ventanilla única diseñado para agilizar procesos y reducir la burocracia. Según la institución, este esquema permite que los innovadores se concentren en “construir” soluciones tecnológicas, en un marco colaborativo y no punitivo.

El nuevo reglamento salvadoreño garantiza la protección de la propiedad intelectual, fomenta la investigación y el desarrollo en entornos de prueba controlados y limita la responsabilidad por consecuencias no previstas, siempre que se actúe con criterios de ética y seguridad. A diferencia de otros marcos regulatorios más estrictos, la legislación permite experimentar y escalar proyectos sin temor a sanciones desproporcionadas, incentivando además la creación de laboratorios, centros de investigación y alianzas público-privadas.
La ANIA también priorizará la educación y el acompañamiento sobre las sanciones, ofreciendo programas de autocertificación y pruebas supervisadas que facilitan la adopción tecnológica de startups y empresas, con costos operativos más bajos. Este enfoque busca integrar la inteligencia artificial en sectores como salud, educación y transporte, promoviendo eficiencia en los servicios públicos, generación de empleo y crecimiento económico.
Con esta implementación, El Salvador envía un mensaje contundente a la comunidad internacional: se posiciona como un hub tecnológico competitivo, seguro y con certeza jurídica, preparado para atraer a empresas emergentes y corporaciones globales que deseen ser parte de la construcción del futuro digital.