La Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (FUDECEN), el Colegio de Profesionales en Ciencias Económicas (COLPROCE), la Red de Ambientalistas Comunitarios de El Salvador (RACDES) y el Centro para la Defensa del Consumidor (CDC) han identificado la necesidad urgente de abandonar el actual modelo de desarrollo neoliberal. Según estas organizaciones, dicho modelo ha beneficiado a una pequeña élite a costa de los derechos económicos, sociales, ambientales y políticos de millones de salvadoreños.
Estas entidades proponen un nuevo conjunto de acciones en las siguientes áreas clave:
- Transformación Estructural y Reducción del Déficit Comercial: Acelerar la diversificación económica para reducir el déficit comercial y de cuenta corriente.
- Autonomía Económica de Mujeres y LGBTQI+: Promover la inclusión y equidad económica para mujeres y personas LGBTQI+.
- Política Fiscal Justa: Implementar una política fiscal que garantice los derechos económicos, sociales y culturales.
- Seguridad Financiera: Fortalecer la red de seguridad financiera para proteger a los ciudadanos en tiempos de crisis.
- Resiliencia Climática: Mejorar la capacidad de adaptación al cambio climático y reducir la vulnerabilidad a desastres naturales.
El informe de las organizaciones subraya siete trampas que han mantenido a El Salvador en un ciclo de bajo desarrollo:
- Bajo Crecimiento Económico: La falta de transformación productiva y baja productividad han estancado el crecimiento económico.
- Discriminación Sistémica: Normas y prácticas que perpetúan la discriminación contra mujeres, pueblos originarios, jóvenes y la comunidad LGBTQI+.
- Desigualdad y Pobreza: Elevados niveles de desigualdad y pobreza que dificultan la movilidad social y económica.
- Desequilibrios Comerciales: Amplios déficits comerciales y de cuenta corriente debido a una baja competitividad.
- Fiscalidad Regresiva y Deuda: Un sistema tributario regresivo y elevados niveles de deuda que comprometen los derechos sociales.
- Inestabilidad Financiera: Altos riesgos financieros debido a la alta inversión en deuda pública y el endeudamiento privado.
- Vulnerabilidad Climática: Alta exposición a fenómenos naturales exacerbada por el cambio climático.
Entre 2022 y 2023, El Salvador ha experimentado un crecimiento económico del 2.8% y 3.5%, impulsado principalmente por el consumo de los hogares y la inversión privada y pública. Sin embargo, sectores como la industria manufacturera han visto una caída en su crecimiento, con una disminución de -1.6% y -3.4%.
A pesar de un ciclo expansivo desde 2021, el Fondo Monetario Internacional proyecta un crecimiento económico promedio del 2.3% entre 2025 y 2029, uno de los más bajos de la región centroamericana. Las tasas de pobreza relativa (21.1%) y extrema (9.3%) han alcanzado niveles alarmantes, y el 1% de la población más rica ha capturado el 25% de la riqueza total de los hogares desde 2018.
El Salvador enfrenta un reto significativo para transformar su estructura económica y del empleo. La economía sigue dominada por el sector servicios, que representó el 64% del PIB en 2023, mientras que la agricultura, silvicultura y pesca apenas aportaron el 4.6%. Además, el déficit comercial, que ha promediado el 21.5% del PIB entre 2020 y 2023, se ha compensado principalmente con remesas familiares.
El llamado de estas organizaciones es claro: El Salvador necesita un cambio profundo hacia un modelo de desarrollo más inclusivo y sostenible. Adoptar estas propuestas podría ser clave para superar las trampas económicas actuales y asegurar un futuro próspero y equitativo para todos los salvadoreños.