Óscar Cabrera, presidente de la Fundación para el Desarrollo de Centroamérica (Fudecen), ha revelado que un salvadoreño que nace en una familia pobre tarda hasta seis generaciones en mejorar sus ingresos económicos. Esta afirmación se basa en un estudio presentado el pasado 16 de junio, que explora las barreras históricas para el desarrollo en El Salvador.
Cabrera, quien también se desempeñó como expresidente del Banco Central de Reserva (BCR), explicó que la movilidad económica en El Salvador es comparable con la media de América Latina. El estudio se centra en las deudas heredadas de los modelos económicos aplicados desde 1990, tras la conclusión de la guerra civil, y destaca siete trampas que han obstaculizado un desarrollo sostenible e inclusivo. Entre estas trampas, se encuentran los elevados niveles de desigualdad y pobreza que limitan la movilidad intergeneracional.
El estudio revela que solo el 8.7 % de los salvadoreños con menores condiciones económicas lograron un nivel educativo superior al de sus padres en 2022. En contraste, el 36 % de aquellos provenientes de hogares con mayores ingresos superaron el nivel educativo de sus padres, ampliando así sus oportunidades de empleo digno y acceso a seguridad social.

La investigación también muestra que solo el 34.9 % de los individuos nacidos en la década de 1980 lograron finalizar estudios secundarios si sus padres no habían completado la escuela. En comparación, el 70 % de los niños de familias con mayores ingresos alcanzaron el mismo nivel educativo.
Cabrera destacó que la movilidad económica se ve afectada por factores como el lugar de nacimiento, con una notable diferencia entre vivir en áreas rurales y urbanas. Además, mencionó que las dificultades se agravan para las familias lideradas por mujeres, los descendientes de pueblos originarios y las personas del colectivo LGTBI.
El estudio sugiere que la falta de movilidad económica es una de las principales causas de frustración en la sociedad salvadoreña y cuestiona la eficacia del modelo neoliberal en resolver los problemas económicos de los hogares. La investigación pone de relieve la necesidad de abordar las desigualdades persistentes para fomentar un desarrollo más inclusivo y equitativo en el país.