El ex presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Carlos Acevedo, planteó este jueves una serie de medidas que podrían considerarse como «medicina amarga» para abordar los desafíos económicos y fiscales del país, durante su participación en el programa La Tribu de Radio Sonora.
Estas son las posibles «medicinas amargas» mencionadas por Acevedo y que podrían ser consideradas por el gobierno del presidente Nayib Bukele:
- Aumento de impuestos: Aunque el jefe de fracción de Nuevas Ideas, Christian Guevara, descartó esta posibilidad recientemente, Acevedo señaló que las decisiones dependen del presidente Bukele. Según él, históricamente muchos políticos han prometido no aumentar impuestos, pero finalmente lo han hecho debido a las circunstancias.
- Reducción de planilla pública: Acevedo sugiere la implementación de una reducción de la planilla de empleados públicos para disminuir el gasto en salarios. Estima que hay al menos 180,000 trabajadores públicos y que una reducción del 10 % implicaría despedir a unas 18,000 personas.
- Aumento en el IVA: Aunque el Fondo Monetario Internacional (FMI) recomienda esta medida, Acevedo la considera «amarguísima» y duda que sea aprobada por el gobierno. Reconoce que el impuesto del IVA en El Salvador es de los más bajos.
- Impuesto para los más ricos: Acevedo mencionó la posibilidad de implementar un impuesto a los más ricos, que podría ser del 2 %, como se ha hecho en otros países para recaudar fondos.
- Nuevo impuesto predial: Propone la implementación de un impuesto predial para gravar los inmuebles de los ciudadanos salvadoreños, señalando que El Salvador es el único país de la región que no lo tiene.
Según datos de 2023, un total de 55,097 salvadoreños cayeron en pobreza, alcanzando una cifra de 1.92 millones de personas en esta condición, la mayor cantidad desde 2018. Además, la deuda pública del Estado ha aumentado a $29,000 millones con pensiones. A partir de 2027, el Estado salvadoreño deberá empezar a pagar capital e intereses de la deuda con los ahorros de pensiones administrados por las AFP, ya que por ahora goza de un periodo de gracia de cuatro años.