Aunque muchas veces se les percibe como una generación consumista y efímera, los jóvenes de la Generación Z están demostrando un creciente interés por el ahorro y la estabilidad financiera, adoptando nuevas herramientas digitales para gestionar mejor su dinero.
Los nacidos entre 1997 y 2012, conocidos como la Generación Z, están cambiando el paradigma financiero juvenil. Según diversos estudios recientes en América Latina, incluido un informe del BID Lab y Finnovista, el 65% de los jóvenes entre 18 y 25 años están interesados en mejorar sus hábitos financieros y priorizan el ahorro como una de sus metas principales.
Este comportamiento marca una diferencia notable con generaciones anteriores. Para los “centennials”, ahorrar no solo es una necesidad, sino una forma de independencia y bienestar futuro. Pero su manera de hacerlo también es distinta: utilizan aplicaciones móviles, billeteras digitales, cuentas de ahorro sin comisiones y plataformas que les permiten automatizar sus finanzas.

Camila Hernández, una joven salvadoreña de 21 años, afirma que comenzó a ahorrar desde los 17 años: “Usaba una app que redondeaba cada compra y ese cambio se iba directo a una cuenta. No parecía mucho al principio, pero después de un año, tenía lo suficiente para pagarme una certificación”.
La educación financiera digital y el acceso a contenidos en redes sociales también han sido claves. Influencers especializados en finanzas personales como @soyinversionista o @ahorraconlucía han ganado popularidad entre los jóvenes, al explicar conceptos de manera sencilla y con ejemplos cercanos a su realidad.
Además, iniciativas bancarias y fintech están adaptando sus productos a esta generación. Algunas ofrecen cuentas inteligentes con recompensas por ahorrar, retos de ahorro gamificados y cursos gratuitos sobre inversión básica.
Sin embargo, los retos persisten. La informalidad laboral, la inflación y los bajos ingresos dificultan que muchos jóvenes puedan establecer una base sólida de ahorro. A pesar de ello, la conciencia financiera está creciendo.
Lejos de la idea de una generación que gasta sin pensar, la Generación Z está dando pasos firmes hacia un futuro más consciente y organizado en términos financieros, demostrando que el ahorro también puede ser parte del estilo de vida digital.