Con el panorama electoral de 2024 en Estados Unidos en plena efervescencia, la posibilidad de un empate en el Colegio Electoral se convierte en un tema relevante. Con 538 votos en juego y dos candidatos presidenciales, Donald Trump y Kamala Harris, compitiendo por esos electores, el escenario de un empate es más que una mera posibilidad teórica; podría convertirse en una realidad.
Hasta ahora, la historia electoral de EE.UU. ha visto un único caso de empate en el Colegio Electoral, ocurrido en 1800 entre Thomas Jefferson y Aaron Burr. Este histórico acontecimiento fue el resultado de una falta de coordinación entre los demócratas y republicanos de la época. El empate no solo puso a prueba la robustez del sistema electoral, sino que llevó a la primera “elección contingente” de la nación, un proceso en el que la decisión final fue trasladada a la Cámara de Representantes.
En el caso de que Trump y Harris terminen con un número igual de votos en el Colegio Electoral, el proceso se repetiría. La 12ª Enmienda de la Constitución de EE.UU. estipula que, en caso de un empate, la elección del presidente recae en la Cámara de Representantes, donde cada estado tiene un voto. En este escenario, los representantes de cada estado se agrupan para decidir a quién apoyar, lo que podría llevar a una situación donde los intereses de los estados pequeños y grandes se entrelazan de maneras complejas.
El mecanismo de votación en la Cámara de Representantes también implica que solo los representantes de cada estado pueden votar, lo que significa que el resultado podría estar influenciado por la mayoría de la delegación estatal, independientemente de la distribución de votos a nivel nacional. Esto podría dar lugar a un desenlace inesperado, donde un candidato que ha obtenido menos votos populares a nivel nacional podría ser elegido presidente, lo que reavivaría el debate sobre la relevancia y eficacia del Colegio Electoral en la democracia estadounidense.
La posibilidad de un empate no solo es un ejercicio académico, sino que también resalta la necesidad de que los votantes comprendan la importancia de su participación en el proceso electoral, especialmente en un clima político tan polarizado. A medida que se acerca el día de las elecciones, la atención se centrará en cada voto y su impacto en un posible resultado histórico en 2024.