El banco estadounidense J.P. Morgan prevé que las condiciones fiscales de El Salvador mejoren después de que el Gobierno concretó el pago de los polémicos bonos de 2023 y más recientemente el canje de la deuda de pensiones.
En un análisis que el presidente de la República, Nayib Bukele, publicó en Twitter de solo una página, el banco emitió sus comentarios tras la revisión al alza de la calificación de riesgo de la agencia Fitch Ratings.
Inicialmente, Fitch declaró a El Salvador en impago selectivo porque consideró que el canje de la deuda de pensiones deteriora las condiciones de esos compromisos, pero reconoció que le da cierta liquidez al Gobierno y acto seguido mejoró su calificación a ‘CCC+’.
La agencia explicó que influyó también la mejora en las cuentas fiscales y el pago de los bonos con vencimiento en enero de 2023.
Fitch argumentó su cambio a que un evento de incumplimiento no “parece probable”, aunque sí consideró que hay un cambio adverso en las condiciones de la deuda de pensiones. El Gobierno tenía hasta finales de abril para anunciar los nuevos términos de los compromisos derivados del sistema previsional y creó tres series, incluyendo una con un período de grac
J.P. Morgan coincide en la mejora de las condiciones fiscales como reflejo de una contención del gasto público y de un fuerte crecimiento en los ingresos, principalmente de los tributos que el año pasado cerraron con un crecimiento del 12.6 %.
“Vale la pena señalar que El Salvador ha logrado una recuperación más rápida de la actividad y, según algunas medidas, tiene una producción por encima de su tendencia previa a la pandemia. Esto no solo ayudó a la recaudación de impuestos, sino que también mejoró las cuentas fiscales”, señala en sus análisis.
El banco prevé que estas condiciones se mantengan y contribuyan a una disminución gradual del nivel de endeudamiento público en el corto plazo, cuyo peso representó el 76.2 % del Producto Interno Bruto (PIB) en 2022.
Bukele reaccionó al reporte del banco estadounidense, que elabora el Indicador de Bonos Emergentes (EMBI) y criticado por el Gobierno, diciendo que “ellos solo se están poniendo al día
El mandatario se comprometió a que “pronto” los bonos de El Salvador tendrán grado de inversión, un piso perdido desde la década de 2010.
Para las agencias de riesgo, un país tiene grado de inversión si la calificación de su deuda se encuentra en las categorías de “A” y “B”, que se consideran fiables y estables.
El Salvador tuvo la categoría de “B” -entre Baa3, Ba1, Ba3- de 1997 a 2016. En 2017, el Gobierno se enfrentó a un impago selectivo después de que no pudiera honrar los compromisos de pensiones y cayó en el grupo de las “C”. De 2018 a 2021 regresó a las “B”, pero ese año cayó nuevamente en las “C” ante la incertidumbre fiscal y de que la Administración Bukele no pudiera pagar sus obligaciones.
Después de que el Gobierno cumpliera con los bonos, en enero pasado, el mercado mostró un relajamiento, aunque no regresa a los valores previos a la crisis. El EMBI -uno de los indicadores más sensibles para los inversionistas- se colocó el 8 de mayo en 13.71 puntos, 0.68 por debajo de los 14.39 registrados el mismo día que pagó los bonos.
En julio de 2022, el EMBI superó los 27 puntos, su cota más alta desde que se tienen registros, a partir de 2007. El Salvador llegó a ser el segundo país con más riesgo para invertir de América Latina, solo superado por Venezuela.