El gigante estadounidense de refrescos Coca-Cola fue condenado a pagar aproximadamente 2.700 millones de dólares en concepto de ajustes fiscales, lo que eleva el total a unos 6.000 millones de dólares incluyendo intereses, por contabilizar incorrectamente su facturación en el extranjero entre 2007 y 2009.
El veredicto, dictado el miércoles por el juez Albert G. Lauder en un tribunal federal de los servicios fiscales (IRS), se refiere a la subestimación de ingresos imponibles en Estados Unidos. La corporación con sede en Atlanta, Georgia, ha anunciado su intención de apelar la decisión. En un comunicado, Coca-Cola afirmó: “Consideramos firmemente que el IRS y el Tribunal Fiscal Federal han malinterpretado y aplicado mal las normas vigentes. Defenderemos vigorosamente nuestra posición en la apelación”.

El ajuste fiscal abarca los ejercicios contables de 2007, 2008 y 2009, con una sanción de 2.720 millones de dólares. Sin embargo, el importe total asciende a unos 6.000 millones de dólares, sumando los intereses acumulados hasta el 28 de junio de 2024. Coca-Cola también advirtió que, si los servicios fiscales mantienen la misma metodología para los años posteriores, podría enfrentar un ajuste adicional de aproximadamente 16.000 millones de dólares (intereses incluidos) a partir del 31 de diciembre de 2023.
El caso, que comenzó en 2015 tras una investigación del IRS, reveló que la corporación había subestimado sus ingresos imponibles en 9.000 millones de dólares en los tres años analizados. La discrepancia surgió de cómo se contabilizó el importe pagado por sus filiales en Brasil, Chile, Costa Rica, Egipto, Irlanda, México y Suazilandia.
Coca-Cola ha manifestado optimismo en su capacidad para manejar el impacto financiero de esta sanción, basándose en su capacidad operativa y de financiamiento.