Más salvadoreños se inclinaron el año pasado en dejar su dinero en depósitos pactados a más de un año plazo, indican las estadísticas de la Asociación Bancaria Salvadoreña (Abansa).
La gremial señala que la cartera de depósitos rebasó los $16,977.9 millones en el sistema bancario entre enero y octubre de 2023, equivalente a un crecimiento interanual de $765.7 millones (un 4.7 %) respecto al mismo período de 2022.
Los depósitos se estructuran en cuentas a la vista, de ahorro simplificado, a plazo y restringidos.
En 2021, en medio de la zozobra por la pandemia, los depósitos a largo plazo cayeron y crecieron las cuentas a la vista, una dinámica que la banca privada atribuyó a que los salvadoreños querían estar preparados ante una emergencia y, además, estaban invirtiendo el dinero.
Esa tendencia cambió para 2023, con un fuerte crecimiento en la cartera de depósitos a plazo mientras que a las cuentas a la vista disminuyeron.
Dinámica en la cartera.
En el portafolio de depósitos a plazo se encuentran los pactos a un año plazo y los instrumentos a más de un año. En estas cuentas, las personas entregan sus ahorros a una institución financiera durante un período determinado a cambio de generar intereses, con la condición que no pueden sacar el dinero antes del vencimiento sin pagar una penalidad.
Abansa señala que los depósitos a plazo representan un 39 % del total de la cartera, al superar los $6,444 millones y crecieron un 16.9 % en los primeros 10 meses de 2023.
De esos, los depósitos hasta un año plazo experimentaron un crecimiento de un 11.5 %, mientras que los pactados para más de un año casi se duplicaron, con una tasa de un 99.9 %, al pasar de $337.1 millones en 2022 a $673.8 millones en 2023.
Por su parte, en la categoría de los depósitos a la vista se encuentran las cuentas corrientes y de ahorro, cuya principal característica es que el usuario puede sacar su dinero cuando desee sin tener que avisar al banco.
Si bien las cuentas a la vista representan el 60 % de la cartera de depósitos, Abansa registra que hubo una reducción en el monto administrado. A octubre de 2023, superó los $10,240 millones, equivalente a una baja de 1.5 % respecto al mismo período de 2022.
En esta categoría, las cuentas corrientes registraron una caída de un 6.6 %, mientras que las de ahorro crecieron un 3 %.
Entretanto, los depósitos en la cuenta de ahorro simplificada crecieron un 14.5 % y la cartera de los restringidos o inactivos cayó un 0.7 %.
Los depósitos representan un 84 % de las fuentes de financiamiento de la banca, por lo cual es más resiliente a los ajustes de las tasas de interés de la Reserva Federal de Estados Unidos.