El Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural de China anunció una importante medida para reactivar su debilitado sector inmobiliario, con la inyección de US$ 561.000 millones. Esta medida tiene como objetivo aumentar los préstamos bancarios destinados a proyectos de construcción, con la intención de estimular el crecimiento en un mercado clave para la economía del país.
El anuncio llega en un momento crítico para el sector inmobiliario chino, que ha experimentado una desaceleración significativa debido a la acumulación de deudas por parte de desarrolladores y una baja demanda de compradores. Con este paquete financiero, el gobierno busca asegurar la finalización de proyectos en curso y brindar apoyo a nuevas iniciativas inmobiliarias, especialmente en áreas urbanas en desarrollo.

La inyección de capital es parte de un esfuerzo más amplio por parte de las autoridades chinas para estabilizar el sector y evitar un colapso que podría tener repercusiones en la economía global. Las autoridades han señalado que el financiamiento se enfocará principalmente en proyectos residenciales que ya han comenzado, garantizando que los compradores de viviendas reciban sus propiedades y se mantenga la confianza en el mercado.
Este tipo de intervención es una estrategia clave en la política de Pekín para revitalizar el crecimiento económico tras la pandemia, ya que la construcción y el desarrollo inmobiliario representan una parte sustancial del Producto Interno Bruto (PIB) del país.