El Salvador se posiciona como un destino turístico en expansión, al recibir más de 3.3 millones de visitantes internacionales entre enero y octubre de 2025, informó Morena Valdez, ministra de Turismo, durante su intervención ante la Comisión de Hacienda y Especial del Presupuesto de la Asamblea Legislativa. La cifra representa el 82.5 % de la meta anual de cuatro millones de turistas establecida por el Ministerio de Turismo (Mitur), evidenciando un repunte sostenido en el sector.
El crecimiento de la afluencia turística no solo refleja la recuperación de la industria tras los retos de los últimos años, sino que también constituye un motor significativo para la economía nacional. Según Valdez, del total de visitantes, un 83 % corresponde a turistas que pernoctan en el país, mientras que el restante 17 % son excursionistas, es decir, viajeros que realizan visitas de un solo día. Esta diferenciación es clave para estimar el impacto económico directo e indirecto de la actividad turística, que se traduce en mayores ingresos para hoteles, restaurantes, transporte, comercio local y servicios asociados.

Los datos también apuntan a la diversificación de la oferta turística salvadoreña, desde el turismo de playa y aventura hasta experiencias culturales y gastronómicas. La llegada de visitantes internacionales contribuye a la generación de empleos formales en el sector, mejora la recaudación tributaria y fortalece la inversión privada en infraestructura turística. Analistas del sector señalan que mantener este ritmo de crecimiento podría implicar un efecto multiplicador positivo en la economía, reforzando la balanza de pagos y promoviendo la estabilidad económica en el mediano plazo.
El Mitur ha enfatizado que el cumplimiento de las metas proyectadas para 2025 dependerá de la continuidad de políticas de promoción internacional, seguridad y sostenibilidad ambiental, así como de incentivos para mejorar la calidad del servicio y la competitividad del país como destino. La consolidación de estos esfuerzos posiciona a El Salvador no solo como un punto atractivo para el turismo regional e internacional, sino también como un actor estratégico en la dinamización de la economía nacional.
Con este desempeño, el turismo se mantiene como un pilar de desarrollo económico y social, evidenciando que la inversión en promoción, infraestructura y servicios turísticos genera resultados tangibles que benefician tanto al sector privado como al bienestar de la población.


