Google ha dado un paso estratégico hacia la energía nuclear al firmar un acuerdo el pasado lunes para obtener electricidad de pequeños reactores nucleares desarrollados por Kairos Power. Este acuerdo tiene como objetivo alimentar el crecimiento de la inteligencia artificial (IA) de la compañía, en un contexto donde la demanda energética de los centros de datos se incrementa rápidamente.
El anuncio sigue a la reciente noticia de que Three Mile Island, sitio del peor accidente nuclear en la historia de Estados Unidos, volverá a operar para suministrar energía a Microsoft.
«Creemos que la energía nuclear puede desempeñar un papel fundamental en nuestro crecimiento limpio y contribuir al progreso de la IA», declaró Michael Terrell, director de Energía y Clima de Google, durante una rueda de prensa. Aunque no se revelaron detalles financieros del acuerdo, se espera que el primero de los pequeños reactores modulares (SMR) de Kairos esté operativo a finales de esta década, con una capacidad total de 500 megavatios para el 2035.
La apuesta de las tecnológicas por la energía nuclear
Gigantes tecnológicos como Google, Microsoft y Amazon están ampliando sus centros de datos para enfrentar la creciente demanda de procesamiento que exige la IA, y buscan fuentes de energía más sostenibles y confiables a nivel mundial. La energía nuclear está ganando popularidad entre las tecnológicas debido a su consistencia, a diferencia de las fuentes renovables como la solar o la eólica, que dependen de condiciones climáticas.
Sin embargo, la tecnología de los SMR aún está en fase inicial y carece de aprobación regulatoria, lo que lleva a las empresas a explorar opciones ya existentes. Microsoft, por ejemplo, utilizará energía nuclear de Three Mile Island para reforzar la red eléctrica que abastece a 13 estados de Estados Unidos, área que enfrenta una creciente presión debido al consumo energético de los centros de datos.
Retos y críticas a la energía nuclear
A pesar de sus ventajas como fuente de energía confiable, la energía nuclear enfrenta críticas debido a los riesgos de accidentes, los altos costos de construcción y desmantelamiento de las plantas, y los problemas asociados con la gestión de residuos radiactivos. A medida que la demanda de IA crece, la viabilidad de esta fuente de energía seguirá siendo un tema de debate en el sector tecnológico y ambiental.
Este movimiento por parte de Google y otras grandes tecnológicas podría marcar el inicio de una nueva era de dependencia de la energía nuclear para alimentar los avances en inteligencia artificial.