De acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, de 1990 a la fecha aumentaron 50% las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). Esto generará cambios permanentes e irreversibles en el planeta si no se toman acciones en materia ambiental de forma rápida e inmediata. El problema es global.
Como parte de algunas acciones que empresas, gobiernos y consumidores realizan para disminuir los efectos del cambio climático, están: reducir, reciclar, recusar y reemplazar.
De acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en 2016, el principal importador de plástico y sus manufacturas en Centroamérica fue Costa Rica con 457 mil toneladas, seguido de Guatemala con 425 mil toneladas, El Salvador con 329 mil toneladas, Honduras con 227 mil toneladas, Panamá con 160 mil toneladas y Nicaragua, con 108 mil toneladas.
El origen de las importaciones regionales: 34% del volumen importado por Centroamérica provino de Estados Unidos, 9% de China, 8% de México, 7% de Taiwán y 3% de Colombia.
“El plástico es una materia prima que ha acompañado al ser humano y a la sociedad en sus transformaciones, en las diferentes industrias que han desarrollado artículos para satisfacer diferentes necesidades. En Centroamérica el valor de las compras de plástico, y sus manufacturas a empresas de México, creció en 21%, estamos hablando el valor pasó de 332 mdd a 403 mdd anual”, señala José Navarro, director general de Tarsus México y organizador de foros en México y Latinoamérica, en entrevista con Forbes Centroamérica.
Para comprender mejor los corresponsables en ‘el uso del plástico’, el presidente de la Asociación Latinoamericana de la Industria del plástico (ALIPLAST), Aldimir Torres, comenta en entrevista con Forbes Centroamérica, “como ejemplo de aquél popote que apreció en la nariz de una tortuga, entran en juego cuatro elementos; el primero es el sector industrial, que es el que diseñó el popote; el segundo son los líderes de marca, quienes fueron los que llevaron al popote a la sociedad; tercero, la sociedad que tiró el popote de manera inadecuada; y por último, el cuarto, la autoridad, quién debió gestionar un manejo eficiente de residuos. Entonces todos somos corresponsables, en pocos años hemos logrado impactar el ambiente, teniendo hoy un problema que nos ha rebasado, estamos trabajando tarde”.
Para Aldimir, es importante que a los residuos se les deje de llamar basura, porque son residuos valorizables, convirtiéndose así en una materia prima muy cara en los lugares no adecuados.
“El plástico es importante en la economía circular, porque es una materia prima que se puede reconfigurar, hay que darle valor a los plásticos que creemos que son basura, de esta manera no tiraríamos el dinero, no somos países ricos, entonces no podemos desperdiciar”, enfatiza Navarro.
Si bien la economía verde habla de reducir, reciclar, reusar y reemplazar, “se puede hablar de diversas acciones, pero no se habla de algo muy importante, el consumo. El tema se debe atacar por esa vía, ya que somos una sociedad consumista, se tiene un consumo absurdo y no sustentable, así que se debe pensar en una reducción de consumo y por ende, en una reducción de emisión de desechos; y me parece que, los que tienen más el concepto de economía verde son aquéllos que tienen menos recursos, llevando a cabo las acciones anteriores, pero sobre todo, no tienen para consumir, y entonces a su ‘basura’, les dan un valor extra”, enfatiza Aldimir.
En Latinoamérica no hay una gestión eficiente de residuos, y se debe cambiar el pensamiento crear una conciencia ya que regenerar el plástico también cuesta mucho.
“Debemos cambiar la cultura de consumo y para ello se requiere una educación ecológica, se debe aprender a usar el plástico de manera racional, y gestionarlo para no desecharlo solamente”, comenta Navarro.
“No importa en dónde se empiece, implica el compromiso de todas las partes”, finaliza Aldimir.
La Ciudad de México es la sede del evento que se lleva a cabo a nivel Latinoamérica ‘Plastimagen’, del 7 al 10 de noviembre, el cuál reúne a más de 80 expositores y más de 1600 marcas, así como diferentes industriales de la transformación del plástico de Centroamérica.