El Salvador ha logrado un notable crecimiento en sus envíos de dinero a la región, alcanzando un total de más de $221.3 millones a través del Sistema de Interconexión de Pagos (SIPA) en 2024. Este aumento marca un incremento del 128 % respecto al año anterior, cuando las transferencias se ubicaron en $97.1 millones.
La cifra fue confirmada por la Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano (Secmca), que detalló que 2024 cerró con la mayor cantidad de dinero transmitido en la historia del sistema. El aumento en las transferencias de El Salvador es el más significativo de la región, superado únicamente por Guatemala, que registró un crecimiento extraordinario del 26,084.3 % al pasar de $44,252.50 a $11.5 millones.
El SIPA, creado en 2010, ha facilitado las transferencias de dinero entre 69 instituciones financieras de la región, con una comisión por su uso. En total, durante 2024, el sistema registró más de $359.8 millones de transacciones, lo que representó un crecimiento del 80.8 % en comparación con 2023.

Dentro de Centroamérica, El Salvador fue el principal emisor, abarcando el 61.5 % de las transacciones realizadas en 2024, seguido por República Dominicana con un 16 % y Honduras con un 11 %. En contraste, Nicaragua fue el único país con una disminución en las transferencias, reportando una caída del 33.9 % al pasar de $3.7 millones en 2023 a $2.5 millones en 2024.
El crecimiento de las transferencias de dinero desde El Salvador también se refleja en el mercado interno, donde el dinero recibido de la región aumentó un 164 %, pasando de $13.9 millones a $36.7 millones en 2024. Honduras y Guatemala se destacan como los principales emisores de dinero hacia El Salvador.
El Salvador ha sido el mayor emisor de dinero en la región desde 2016, excepto en 2021, cuando Honduras superó al país en envíos. Guatemala sigue siendo el principal receptor del dinero enviado desde El Salvador, seguido de Honduras y Nicaragua.
Este crecimiento subraya la importancia de El Salvador como un actor clave en el mercado de transferencias de dinero en Centroamérica, destacándose no solo por su volumen de envíos, sino también por la sólida infraestructura financiera que apoya estas transacciones.